Preparación y limpieza de la superficie
La superficie a cubrir debe estar limpia y seca. Libre de grasa, polvo, etc. y debe presentar un acabado liso y no poroso. Esto implica que para una aplicación correcta se necesita una perfecta limpieza.
Debemos prestar especial atención a las zonas que no están a la vista o de acceso difícil, como bordes de puertas, del capó y del maletero, ranuras, límites con otros elementos, etc. Son zonas críticas ya que es ahí donde comienza o finaliza la colocación del vinilo y es donde se puede despegar con mayor facilidad. Sobre todo si se descuidó su limpieza.
Si realizas la limpieza del vehículo en un túnel de lavado, asegúrate de que no se aplica ningún acabado de cera o abrillantador. Esto afectaría negativamente a la fuerza de adhesión del vinilo el cual podría despegarse prematuramente.
Evita los productos que dejen una capa que pueda afectar a la adherencia (aguarrás, etc.).
Siempre que sea posible desmonta los elementos que estorban o que deseas vinilar (antenas, molduras, cerraduras, salpicaderos, faros, etc.). Cuando hayas adquirido cierta habilidad podrás colocar el vinilo sin desmontar estas piezas, pero es mucho más sencillo y se logran mejores acabados si lo haces.
Cuando retires el papel dorsal que protege el adhesivo del vinilo asegúrate de que no entorpezca el paso ya que es muy resbaladizo (puedes empujar el papel dorsal debajo del coche, por ejemplo, para que no estorbe).
Comprueba siempre las medidas (del vehículo y del vinilo) antes de comenzar el trabajo. Si cortas un trozo de vinilo para el capó o el techo y te quedas corto desperdiciarás mucho material.
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